lunes, 6 de enero de 2014

LIBROS RECOMENDABLES

HOLA AMIGOS Y AMIGAS AMANTES DE LA JARDINERIA, OS RECOMIENDO ESTOS LIBROS DE ARBORICULTURA, Y GUIA DE ESPECIES DE CONIFERAS Y FRONDOSAS.
Y PODA....

ESPERO QUE OS SEA DE GRAN AYUDA .....FELIZ AÑO 2014.......





Cuándo y cómo podar los árboles frutales

Cuándo y cómo podar los árboles frutales
Una poda errónea acarreará un descenso en la producción


Si dispone de un amplio jardín o de un huerto en el que crecen algunos árboles frutales ya se habrá dado cuenta de la importancia que para ellos tiene la poda.
Realizar una correcta poda, en el momento adecuado, cortando donde sea necesario, resulta muy beneficiosa porque puede ayudar a salvar una planta, árbol o arbusto enfermo o marchito, permite contener y adaptar el crecimiento del ejemplar según nuestras necesidades y, a la vez, protegerle de agentes externos, como el frío y las plagas, que son atraídas por el olor de las partes marchitas de las plantas. Además conseguirá reducir sus necesidades energéticas (agua, luz y abono), y así los árboles podrán descansar y afrontar el duro invierno.
Lo ideal es realizar éste tipo de podas a finales de otoño para conseguir que los frutales sean menos vulnerables y más resistentes al frío, además de ayudarles a tomar reservas para la próxima floración, pero evitando que la podadura dañe o reduzca la producción anual. Veamos algunos consejos de poda para los frutales más comunes:
-Peral: Es necesario que evite la formación de yemas (extremos de cada tallo que se encuentran en desarrollo) en la madera para impedir que le salgan nuevas ramas. Si realiza un despunte podrá estimular la formación de yemas fructíferas. Si reside en una zona climática fría pode en febrero, si la zona es cálida deberá podar en noviembre.
-Ciruelo: Las ciruelas sólo aparecen en las ramas jóvenes, de un año, por lo que es necesario suprimir las ramas de madera, las no productivas, y aclarar las fructíferas. Deberá realizar éste proceso en invierno.
-Naranjo: Se suele podar para que no forme excesivas ramas en su interior y que el fruto sólo se de en el exterior. Para lograrlo es necesario eliminar o despuntar las ramas interiores con el objetivo de permitir la entrada de luz solar. Convendrá dejar únicamente 3 o 4 ramas principales y todas sus secundarias formando una copa equilibrada. Deberá podar tras haber recolectado.
-Melocotonero: Es necesario que pode las ramas que ya han producido, ya que no volverán a hacerlo. Si reside en una zona climática fría pode en noviembre, si la zona es cálida deberá podar en febrero.
-Higuera: Con la poda de este árbol se consigue activar la formación de frutos, por lo que será necesario realizar despuntes ligeros para favorecer la aparición de brevas y una poda intensa en otoño para que produzca más higos. Además es un árbol que acepta muy bien las podas drásticas en invierno, con lo que lograremos protegerlo del frío.







La elección de los esquejes para la multiplicación
Los jóvenes ofrecen más posibilidades de éxito que los maduros

La obtención de nuevos ejemplares a través de la multiplicación requiere el conocimiento de la técnica. Además, para desarrollar la labor con éxito, conviene también tener presente alguno de los siguientes trucos y consejos.
Uno de los errores más habituales que se cometen a la hora de seleccionar el esqueje es considerar que los más maduros y consolidados son los que mejor van a enraizar posteriormente, puesto que se piensa que están lo suficientemente formados como para convertirse por ellos mismos en un nuevo ejemplar, sin dar demasiados problemas ni requerir apenas cuidados.
Esto, sin duda, es una creencia equivocada, ya que son precisamente los esquejes más jóvenes los que más posibilidades tienen de arraigar y salir adelante.
De todas formas, lo dicho no significa que unos esquejes maduros no vayan a enraizar o que el plantado de los jóvenes asegure el éxito al cien por cien. En cualquier caso, procure asegurarse de que el esqueje elegido se encuentre totalmente sano, porque de lo contrario las posibilidades de multiplicación son prácticamente nulas.
Vigile que el esqueje o la planta de la que lo obtiene no está siendo atacada por algún tipo de plaga ni presenta las típicas características de haber sido victima de alguna de ellas, como tallos u hojas con partes raídas o con agujeros, síntoma de la presencia de insectos, y que no presente pelusas o una especie de vello anormal en el ejemplar, de colores verdosos y grisáceos fundamentalmente, que suelen ser también indicio de plagas.
Asimismo, es importante saber que aplicar hormonas de enraizamiento a los esquejes puede facilitar que éstos fructifiquen y logremos obtener nuevos ejemplares a través de ellos.

Aplicación de hormonas enraizantes
Una forma de favorecer que los esquejes salgan adelante

La multiplicación de ejemplares mediante esquejes es una forma bastante eficaz de lograr la obtención de nuevas plantas y arbustos, pero si además se llevan a cabo una serie de acciones que favorezcan que estos esquejes salgan adelante, las posibilidades aumentan notablemente.
Además de seguir algunas pautas habituales para la obtención y plantado de esquejes, existe la posibilidad de recurrir a la ciencia para ayudar a que éstos crezcan y se conviertan en nuevos y fuertes ejemplares. Como lo importante es que los esquejes formen un grupo de raíces importante, podemos acudir a productos químicos como las hormonas enraizantes para asegurarnos que esto suceda.
Éstas hormonas no se pueden aplicar a cualquier ejemplar, así que conviene consultar si con la planta que quiere multiplicar se puede utilizar este producto.
Cuando tenga la confirmación, lo que debe hacer es echar una pequeña cantidad en un recipiente y untar la base del tallo con estos polvos. Luego sople para que el esqueje no quede excesivamente cargado de estas hormonas y seguidamente plántelo.
Una vez que acabe de plantar todos los esquejes, tire las hormonas que quedan en el recipiente y lávelo a conciencia.

Un sustrato para cada planta
Hay que cuidar la proporción de tierra y arena que precisa cada ejemplar

Un error que se comete con cierta frecuencia, sobre todo entre los aficionados a la jardinería que solamente disponen de la posibilidad de cultivar plantas en macetas, es considerar que cualquier esqueje, semilla o planta puede plantarse en un mismo tipo de tierra.
Muchas personas compran un saco de 5 kilos de tierra y creen que es la más adecuada para sus cultivos. Pero se equivocan, porque, tal y como puede comprobarse en cualquier guía de plantas, con frecuencia lo que se necesita es realizar una mezcla de arena y tierra cuyas proporciones varían en función de la variedad que se planta. Puede que el ejemplar llegue a fructificar, pero si le aporta tierra ácida a una planta que no la precise puede llegar a matarla o proporcionarle unas condiciones de crecimiento sumamente adversas.
Actuando de esta manera después se comprueba que hay especies que no salen adelante y se cree que se debe a otros motivos ajenos a este primer paso, como la falta de riego o una ubicación inadecuada. Pues bien, para empezar correctamente lo primero que hay que hacer es consultar, bien en libros, en una web especializada en jardinería o en su floristería o comercio habitual, las características del sustrato que necesita la especie que vaya a cultivar, así como sus necesidades de riego e iluminación.
Así que la próxima vez que vaya a preparar el sustrato de una maceta, estudie las necesidades de la especie que desea cultivar antes de comprarlo y prepare la mezcla precisa. No obstante, tenga en cuenta que no todos los ejemplares requieren de un sustrato compuesto por una mezcla de tierra y arena, sino uno que se adapte a sus necesidades y nutrientes; puede ser un sustrato calizo, arcilloso, de limos o sedimentos de los márgenes de los ríos, con un ph alto o bajo...
Tenga en cuenta también que la tierra procedente del jardín no es siempre la más recomendable. Además puede contener parásitos que puede trasladar a su nuevo ejemplar, por lo que es recomendable que la hornee unos minutos para matar a todos los posibles a gentes agresores que pueda contener.

Un consejo antes del trasplante
Al sumergir la maceta en agua se consigue mejorar la adaptación de la planta y asegurar la humedad necesaria